¿Reducción de Personal?, Algunos Aprendizajes

Hace casi 4 años, libraba una batalla larga y cansada por evitar ser víctima de una restructuración en la empresa.  Eran demasiadas las cartas alineadas en contra de mis intereses y eventualmente, salí de la empresa.  Sin duda el momento fue difícil, especialmente cuando la seguridad laboral es clave para el desarrollo de los planes a largo plazo y que afectan, no solo a la persona, sino que muchas veces a una familia.  La decisión final no fue mía, la batalla tuvo un final desafortunado, salí de la empresa y en ese momento inició una nueva etapa de mi vida.

Muchos han sido los aprendizajes que dejó el paso por aquel periodo de incertidumbre.  Así que les comparto algunos de ellos, que quizá les puedan servir si se encuentran algún día en lo que pareciera ser una realidad cada vez más frecuente en las empresas; la reducción de personal.

Respire hondo y haga una pausa

Noticias inesperadas pueden hacer que se entre en momentos incómodos y hasta de pánico.   Es normal, mucha incertidumbre y un gran sentido de inseguridad.  Sin embargo, es un momento para respirar hondo, hacer una pausa y tomar control de las emociones y las acciones.   Aunque es el fin de una etapa en esa organización, no es el fin de una carrera profesional, así que es recomendable dejar buenas relaciones, especialmente con quienes fueron compañeros o supervisores.

Busque el apoyo de un familiar o amigo cercano

En momentos difíciles, familiares o amigos cercanos son un apoyo fundamental.   Recurrir a una persona que sea cercana que pueda ser buena escucha y ser empática, sin duda ayuda a poder desahogar y compartir los sentimientos.  Un fuerte abrazo, alguien que escuche, una palabra de ánimo o bien solo alguien que acompañe pueden ser suficiente para contener el momento.

No lo tome personal

Las decisiones de reducción de personal son frías y no son dirigidas a una persona en específico, al igual que la forma en que se implementan las acciones resultantes de esas decisiones.  Estas decisiones no son el reflejo de las personas que deben salir de la organización, son el resultado de muchos factores que definen estar o no en esa lista.

Reconozca y entienda sus emociones

Tristeza, enojo y apatía, son solo algunas de las emociones que pueden sentirse al conocer la noticia y en los días o semanas posteriores.   Reconocer estas emociones es fundamental para comprender las acciones que se toman.  Si bien son normales, entre más conciencia se tenga de esas emociones, más capacidad de decidir si es como se quiere afrontar la situación.   Si bien no es aconsejable guardar, desestimar o negar las emociones, también es importante saber que uno puede escoger como asumir las situaciones y los retos.

Sea cauteloso y organizado

Se puede decir que casi el 100% de las personas, al recibir la noticia de la salida inesperada de una empresa, la primera preocupación es de carácter económico.  Tratar de entender la situación económica actual y cómo afrontar un periodo sin ingresos, es prioritario.  La cautela en las decisiones que se tomen deben ir asociadas a cómo organizarse de forma que se puedan cubrir las obligaciones.

¿Víctima o protagonista?

La tentación es casi inevitable, sentirse la víctima de la decisión es natural y lógica, seamos claros, esa decisión la toma la organización.  Sin embargo, verse como víctima va a detener la capacidad de avanzar.  Tener estos pensamientos por periodos extendidos, hace que la persona muestre apatía y letargo.  Hay un momento en que se debe tomar control y hacerse protagonista, de las decisiones, del futuro y los retos asociados.

“Nadie le quita lo bailado”, haga un recuento de sus logros

La pérdida de confianza posterior a la salida inesperada es natural.   Sin embargo, mientras se ha estado empleado, se alcanzaron logros y se exhibieron capacidades que son fortalezas.   Hacer un recuento de esos logros es una forma de reconocer el valor mostrado y que se debe retomar, y así recuperar la confianza en si mismo.

“Recalcule” y encuentre la nueva ruta

Al finalizar una etapa de la vida, se inicia otra.   El objetivo puede ser el mismo que antes, pero como llegar al mismo puede requerir un cambio.  Es como las aplicaciones o sistemas de gps, al requerir un cambio en el camino que se lleva, inician un proceso de “recálculo” y buscan la nueva ruta a seguir.   Un proceso similar es el que se puede iniciar y evaluar cuál será la mejor ruta para llegar al destino deseado.

Reconozca las oportunidades

En cada situación de la vida, sea favorable o no, se pueden encontrar oportunidades que se pueden aprovechar.   Todos los puntos anteriores conducen a un estado mental que permita abrir la puerta a oportunidades.   Si bien se parte de una noticia no deseada, hay mucho camino por delante y para iniciarlo, hay que abrir la puerta e iniciar el viaje.

Estos son solo algunos aprendizajes obtenidos de experiencia personal y de conversar con muchas personas que han vivido situaciones similares.  Le invitamos compartir alguna otra o bien comentar sobre las expuestas anteriormente.

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